Un reciente estudio de Randstad pone de manifiesto la creciente predisposición de los trabajadores españoles, en particular de la generación Z y de los Millennials, a cambiar de empleo en los próximos seis meses. Los jóvenes, en su mayoría, buscan oportunidades que les ofrezcan un mejor equilibrio entre trabajo y vida personal, así como un mayor propósito en el trabajo. Este fenómeno podría representar un desafío para las empresas, que se enfrentarían a una fuga de talento sin precedentes y a la necesidad de adaptarse a las nuevas prioridades de la fuerza laboral.
Hubo un tiempo en el que pasar toda la vida laboral en una sola empresa era lo habitual. Los empleados entraban en calidad de aprendices, iban escalando en la jerarquía de la empresa a medida que ese adquiría habilidades y experiencia. Sin embargo, la rotación laboral, algo que tradicionalmente se asociaba a los jóvenes, se ha convertido en una tendencia generalizada en el mercado laboral actual. Según datos de la OCDE, la permanencia media en España era de 10,6 años en 2022. Sin embargo, la llegada de la generación Z al mercado laboral, junto con los efectos de la Gran Renuncia, ha acelerado esta rotación, con un 13% de los jóvenes que ya han cambiado de empleo en los últimos seis meses.
El Informe Employer Brand de Randstad indica que el 28% de los jóvenes tiene previsto cambiar de empleo antes de fin de año, lo que representa una alta predisposición a buscar nuevas oportunidades. Asimismo, el estudio muestra que la insatisfacción con las condiciones laborales actuales y la búsqueda de un mayor propósito en el trabajo son algunas de las principales razones detrás de este éxodo, especialmente entre la generación Z y los Millennials. Estos jóvenes priorizan un mejor equilibrio entre trabajo y vida personal, algo que las empresas deberán tener en cuenta para retener el talento.
La cofundadora & COO de Adalab, Rosario Ortiz, destaca que las nuevas generaciones buscan oportunidades laborales que les ofrezcan un mejor equilibrio entre trabajo y vida personal, en contraposición a la percepción de estabilidad laboral que tenían generaciones anteriores. Además, la experiencia previa de inestabilidad económica ha enseñado a estas generaciones a no conformarse con situaciones laborales que no les satisfacen plenamente. De esta manera, las empresas se enfrentan al desafío de adaptarse a las nuevas prioridades de la fuerza laboral, ya que los jóvenes buscan puestos que les permitan desarrollarse profesionalmente mientras mantienen un equilibrio con su vida personal.
En este sentido, el mercado laboral español se encuentra ante un escenario donde la fuga de talento es una realidad inminente, a menos que las empresas adopten medidas para ofrecer condiciones laborales atractivas y alineadas con las prioridades de las nuevas generaciones. Este fenómeno plantea un desafío para las organizaciones, que deben estar preparadas para retener el talento y atraer a profesionales que valoran el propósito en el trabajo y un equilibrio entre vida laboral y personal.
