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En la mañana del 30 de octubre de 2023, a las 6:49 AM (hora local, CDT), las autoridades de El Salvador emitieron una alerta roja en respuesta a las amenazantes lluvias asociadas a la tormenta tropical Pilar, que se espera que llegue al país en las próximas horas. La Dirección General de Protección Civil fue la encargada de anunciar esta medida de precaución, que responde a la necesidad de salvaguardar a la población, sus bienes, los servicios públicos y el ecosistema. Esta decisión fue tomada a petición del presidente Nayib Bukele, quien instó al Congreso salvadoreño a declarar la emergencia nacional ante el riesgo inminente.
En ese momento, la tormenta tropical Pilar se encontraba a 255 millas (410 kilómetros) al suroeste de San Salvador, la capital de El Salvador, y a 380 millas (610 kilómetros) al oeste de Managua, Nicaragua. Los vientos máximos sostenidos de Pilar alcanzaban los 40 mph (65 km/h), y su movimiento se dirigía hacia el este-noreste a una velocidad de 3 mph (6 km/h), según el Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos (NHC). Esta situación generó preocupación entre las autoridades salvadoreñas, ya que se preveía que Pilar pudiera desencadenar fuertes lluvias e inundaciones repentinas en El Salvador y otras partes de Centroamérica.
El Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos informó que Pilar se encontraba aproximadamente a 360 kilómetros (225 millas) al suroeste de San Salvador, con vientos alcanzando los 85 km/h (50 mph), y se movía hacia el este-noreste a una velocidad de 9 km/h (6 mph). Las proyecciones indicaban que la tormenta mantendría esta trayectoria general durante uno o dos días, se detendría un día o más justo frente a la costa y luego giraría abruptamente, regresando al mar sin tocar tierra firme. Estos pronósticos resaltaron la imprevisibilidad de Pilar y la necesidad de prepararse para cualquier escenario.
Uno de los aspectos más preocupantes de la llegada de la tormenta tropical Pilar era la cantidad de lluvia que se esperaba que arrojara sobre la región. Se pronosticaba que la tormenta podría dejar entre 12 y 24 centímetros (5 a 10 pulgadas) de lluvia desde El Salvador hasta Costa Rica. Este volumen significativo de precipitaciones tenía el potencial de causar inundaciones significativas, deslizamientos de tierra y otros problemas relacionados con el exceso de agua, lo que agravaría la situación de emergencia.
La alerta roja emitida por las autoridades salvadoreñas no solo indicaba la necesidad de tomar medidas de precaución, sino también la importancia de la coordinación entre diferentes organismos gubernamentales y la colaboración con organismos internacionales para enfrentar la amenaza de Pilar de manera efectiva. Además, se instaba a la población a seguir las instrucciones de las autoridades, evacuar si fuera necesario y mantenerse informada sobre los desarrollos de la tormenta a través de fuentes confiables.
El presidente Nayib Bukele expresó su preocupación por el riesgo inminente y destacó la importancia de la solidaridad y la unidad en momentos de crisis. A través de las redes sociales, el mandatario instó a la población a mantener la calma, estar preparada y cuidar de sus vecinos en caso de necesidad. También se realizó un llamado a la comunidad internacional para brindar apoyo en caso de que la situación se deteriorara.
La declaración de emergencia nacional y la alerta roja emitida en El Salvador subrayan la seriedad con la que las autoridades están abordando la amenaza de la tormenta tropical Pilar. Estas medidas buscan minimizar los riesgos para la población y sus activos, así como garantizar la capacidad de respuesta del gobierno ante cualquier situación de emergencia que pueda surgir como resultado de las lluvias y los fuertes vientos asociados a la tormenta.
En resumen, El Salvador se encuentra en alerta máxima debido a la inminente llegada de la tormenta tropical Pilar. Las autoridades han declarado la alerta roja y la emergencia nacional para mitigar los riesgos y proteger a la población, sus bienes y el entorno. Se esperan fuertes lluvias e inundaciones en la región, lo que hace necesario que la población esté preparada y siga de cerca las actualizaciones de las autoridades. La cooperación y solidaridad son fundamentales en este momento de incertidumbre, y el gobierno está trabajando incansablemente para garantizar la seguridad de todos los ciudadanos.