El lunes pasado, Disney, el gigante de la animación, celebró su centenario con un regalo especial para los amantes de sus icónicos personajes. El estudio de animación cobró vida en un cortometraje titulado “Once Upon a Studio”, una obra maestra de 12 minutos en la que Mickey y Minnie Mouse, con la ayuda de Tinker Bell, lideran la emotiva tarea de reunir a 543 personajes de Disney, incluidos los inolvidables villanos, para una foto grupal que conmemora la ocasión.
Este cortometraje rinde homenaje a la rica historia de Disney y a la magia que ha traído a nuestras vidas durante un siglo. En la película, Burny Mattinson, quien trabajó como animador de la compañía durante 70 años, cierra las puertas del estudio de animación de Disney en Burbank mientras los personajes se reúnen. Es un momento emotivo que simboliza el cierre de una era dorada y el comienzo de una nueva.
La historia comienza cuando Mickey Mouse, el icónico personaje que inició todo, se embarca en una misión especial. Mickey, el ratón valiente, cobra vida en los estudios de animación y, con su característico entusiasmo, invita a todos sus amigos a unirse a él para una foto familiar histórica. La belleza de este cortometraje radica en cómo logra encapsular 100 años de magia en unos breves minutos. Desde los primeros personajes como Blancanieves hasta los más recientes como Moana, todos están presentes.
Lo que hace que “Once Upon a Studio” sea aún más especial es que incluso los villanos más icónicos de Disney son invitados a esta ocasión. Los amantes de Disney podrán ver a Maléfica, el Capitán Garfio y Jafar posando junto a sus contrapartes heroicas. Este gesto de inclusión demuestra que, en el mundo de Disney, la redención y la unidad son valores fundamentales.
La celebración de Disney se extiende más allá de la pantalla, ya que este cortometraje evoca un sentimiento de nostalgia y alegría en todos los que han crecido con estos personajes. Desde los momentos de risa compartidos con Timón y Pumba hasta los suspiros de emoción al ver volar a Aladdín y Jasmine en su alfombra mágica, “Once Upon a Studio” es un recordatorio de por qué Disney ha sido una parte tan importante de nuestras vidas.
Este cortometraje, dirigido por Dan Abraham y Trent Correy, es un homenaje a la visión de Walt Disney, el hombre detrás del sueño que cambió la animación para siempre. “Es algo apasionante hacer lo imposible”, decía Walt Disney (1901-1966), cuya filosofía sigue viva en cada fotograma de este cortometraje. La perseverancia y la búsqueda de la excelencia son las bases de la magia de Disney, y esas cualidades se transmiten a través de sus personajes y sus historias.
A medida que el cortometraje llega a su emotivo clímax y Mickey Mouse da la señal para la foto grupal con su inconfundible “¡yoo-hoo!”, se hace evidente que esta celebración de Disney es un tributo a la imaginación, la creatividad y la creencia en la magia. En una época en la que la animación ha evolucionado enormemente, Disney sigue siendo un faro de inspiración y un recordatorio de que la magia puede encontrarse en cualquier lugar.
En resumen, “Once Upon a Studio” es un hermoso regalo que Disney ofrece a sus fieles seguidores y a las generaciones futuras. Este cortometraje celebra 100 años de historias que han tocado nuestros corazones y nos han transportado a mundos de fantasía. Mickey Mouse y sus amigos nos recuerdan que, a lo largo de los años, Disney ha construido un legado de magia y creatividad que continúa influyendo en la forma en que vemos el mundo.
