El 11 de septiembre de 2023 marca el quincuagésimo aniversario del Golpe de Estado militar en Chile que derrocó al Gobierno de la Unidad Popular liderado por el presidente socialista Salvador Allende. Este trágico episodio en la historia chilena marcó el inicio de una dictadura de 17 años bajo el mando de Augusto Pinochet, con un saldo desgarrador de 3.200 personas ejecutadas o desaparecidas, de las cuales más de mil aún no han sido encontradas. En este contexto de conmemoración y reflexión, líderes de opinión muy transversales han compartido sus ideas sobre cómo mejorar la convivencia democrática en Chile.
El último día en la vida de Salvador Allende comenzó a escribirse en las primeras horas del 11 de septiembre de 1973. El entonces presidente chileno se encontraba en la residencia oficial Tomás Moro, alerta ante la creciente tensión política que sacudía el país. Ese día, el Golpe de Estado liderado por Pinochet sumió a Chile en una espiral de violencia y represión que perduró durante casi dos décadas. A medio siglo de aquel acontecimiento, es imperativo recordar y aprender de la historia para avanzar hacia una convivencia democrática más sólida y justa.
La conmemoración de este hito histórico encuentra a Chile en un clima de polarización política, donde las heridas del pasado todavía están abiertas y la sociedad enfrenta desafíos para construir un consenso sobre la memoria y la reconciliación. Para abordar estos temas, EL PAÍS consultó a 50 líderes de opinión con diversas perspectivas y enfoques políticos, buscando propuestas para mejorar la convivencia democrática en el país.
Una de las ideas destacadas es la importancia de fortalecer la educación cívica y la promoción de los valores democráticos desde temprana edad. El conocimiento sólido de los principios democráticos, los derechos humanos y la historia política de Chile puede ayudar a fomentar una ciudadanía informada y comprometida, capaz de contribuir al diálogo y la construcción de consensos.
Otro aspecto clave es la necesidad de garantizar la independencia de las instituciones democráticas. La experiencia de la dictadura de Pinochet subraya la importancia de contar con un sistema de pesos y contrapesos robusto que evite la concentración de poder y los abusos contra los derechos humanos. Esto implica mantener una prensa libre y plural, así como un sistema judicial imparcial y eficiente.
Además, se ha propuesto la promoción de espacios de diálogo y encuentro entre diferentes actores políticos y sociales. La polarización política actual ha dificultado el entendimiento entre las fuerzas políticas y la sociedad en su conjunto. Establecer plataformas para el diálogo constructivo puede ser fundamental para superar las divisiones y avanzar hacia soluciones consensuadas a los problemas del país.
La memoria histórica también juega un papel crucial en la construcción de la convivencia democrática. Es esencial recordar y honrar a las víctimas de la dictadura, así como esclarecer los hechos del pasado para que la verdad prevalezca sobre la impunidad. La creación de espacios de memoria y la promoción de investigaciones históricas transparentes pueden contribuir a este proceso.
Por último, la inclusión y la equidad son fundamentales para fortalecer la convivencia democrática en Chile. Garantizar que todas las voces sean escuchadas y que todas las comunidades tengan igualdad de oportunidades es esencial para construir una sociedad más justa y cohesionada.
En conclusión, el quincuagésimo aniversario del Golpe de Estado en Chile es una ocasión para reflexionar sobre el pasado y mirar hacia el futuro. La memoria histórica, la educación cívica, la independencia de las instituciones, el diálogo y la inclusión son elementos clave para fortalecer la convivencia democrática en el país. Solo mediante el compromiso constante con estos valores y principios, Chile puede avanzar hacia un futuro en el que la democracia y los derechos humanos sean inquebrantables.