En un movimiento que ha generado un gran revuelo en los mercados financieros, la agencia calificadora Moody’s anunció el viernes pasado que rebajaba la perspectiva de la nota de la deuda de Estados Unidos de “estable” a “negativa”. A pesar de esta rebaja en la perspectiva, la calificación crediticia de la deuda estadounidense se mantuvo en “Aaa”, el nivel más alto de grado de inversión.
Esta decisión de Moody’s se basa en dos factores principales: los elevados déficits fiscales y el deterioro de la asequibilidad de la deuda en Estados Unidos. Según el comunicado emitido por la agencia, en un contexto de altas tasas de interés y sin medidas presupuestales para reducir los gastos del gobierno o aumentar los ingresos, se espera que los déficits de Estados Unidos sigan siendo muy importantes, lo que debilitaría el acceso al crédito del país.
La rebaja de la perspectiva de la calificación crediticia de Estados Unidos por parte de Moody’s se produce en medio de un clima político y económico complicado. Este año, otra agencia calificadora, Fitch, también rebajó la calificación del país debido a meses de tensiones políticas en torno al techo de la deuda estadounidense. A pesar de esta rebaja en la perspectiva, Fitch también mantuvo la calificación del país en Aaa.
El presidente Joe Biden y su gobierno han reaccionado con críticas inmediatas a la decisión de Moody’s. Argumentan que están comprometidos en abordar los desafíos fiscales y la sostenibilidad de la deuda de Estados Unidos. El comunicado de la Casa Blanca expresó su desacuerdo con la rebaja de la perspectiva y enfatizó su compromiso de tomar medidas para abordar los déficits fiscales.
Esta rebaja en la perspectiva de la deuda de Estados Unidos puede tener importantes implicaciones en los mercados financieros y en la percepción de riesgo de los inversionistas. Una perspectiva “negativa” sugiere que existe una mayor incertidumbre sobre la capacidad de Estados Unidos para administrar su deuda y sus finanzas de manera sostenible en el futuro. Esto podría llevar a un aumento en las tasas de interés para la deuda del gobierno y, potencialmente, a un acceso más limitado a los mercados de crédito.
Es importante tener en cuenta que la rebaja en la perspectiva no ha afectado directamente la calificación crediticia de Estados Unidos, que sigue siendo “Aaa”. Sin embargo, es una señal preocupante que pone de relieve la necesidad de abordar los desafíos fiscales y la sostenibilidad de la deuda en el país.
El gobierno de Biden ha estado impulsando un ambicioso programa de gastos en áreas como infraestructura y salud, que requerirá una financiación significativa. La capacidad de Estados Unidos para mantener una calificación crediticia sólida y asequible es fundamental para su estabilidad financiera y su capacidad para financiar sus programas y obligaciones a largo plazo.
En resumen, la decisión de Moody’s de rebajar la perspectiva de la calificación crediticia de Estados Unidos a “negativa” ha generado preocupación en los mercados financieros y críticas por parte del gobierno de Biden. Los elevados déficits fiscales y el deterioro de la asequibilidad de la deuda son los principales factores que motivaron esta rebaja. Si bien la calificación crediticia del país se mantiene en “Aaa”, esta señal de advertencia resalta la importancia de abordar los desafíos fiscales y la sostenibilidad de la deuda en el futuro.