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Luis Arce, el actual presidente de Bolivia, se encuentra en el centro de una controversia económica que involucra a su mentor político, Evo Morales. Morales, quien gobernó Bolivia durante casi 14 años antes de exiliarse en 2019, acusa a Arce de estar hundiendo la economía del país, argumentando que su sucesor no ha coordinado con él y está aplicando políticas de derecha. Esta tensa situación económica se ha agravado debido a la escasez de diésel oil, lo que ha desencadenado protestas de transportistas en todo el país. A pesar de las negaciones gubernamentales, la crisis de combustibles ha llevado a Morales a pedir una cumbre nacional para abordar estos desafíos económicos.
Evo Morales, en una entrevista en la radio cocalera Kawsachun Coca, expresó su preocupación por la economía boliviana bajo la administración de Luis Arce. “Lamentablemente está hundiendo al país, en un momento hemos repasado los datos económicos, temas de combustibles, déficit comercial, en la balanza comercial”, declaró Morales. Estas afirmaciones no pasaron desapercibidas en la nación sudamericana, y han desencadenado un intenso debate sobre la gestión económica del gobierno de Arce.
La disputa entre Morales y Arce ha llevado a un punto crítico, con Morales sugiriendo la necesidad de una cumbre nacional para abordar la situación económica del país. Esta propuesta ha generado una atención significativa en Bolivia, ya que los problemas económicos afectan directamente a la población, especialmente a raíz de la escasez de diésel oil, que ha llevado a protestas y bloqueos de carreteras en todo el país. Aunque el gobierno ha negado que exista una crisis de combustibles, la evidencia de las dificultades que enfrentan los transportistas y la población en general es innegable.
Una de las críticas más fuertes de Evo Morales hacia Luis Arce es la falta de coordinación y diálogo entre ambos líderes políticos. Morales acusa a Arce de no haber buscado su consejo ni haber trabajado en conjunto para abordar los desafíos económicos de Bolivia. Esta falta de comunicación entre el mentor y su pupilo ha generado tensiones significativas en la política boliviana y ha contribuido a la creciente polarización.
Además, Morales ha recordado un momento clave de su presidencia, cuando en 2006 nacionalizó el petróleo en Bolivia, sin consultar con ninguno de sus ministros de entonces. Este comentario parece dirigirse directamente a Luis Arce, quien en ese momento ocupaba el cargo de Ministro de Economía. El hecho de que Morales haya tomado una decisión tan importante sin consultar a su propio equipo de gobierno en ese momento, sugiere una cierta ironía en sus críticas a Arce por la falta de coordinación.
La economía boliviana se ha visto afectada por varios factores en los últimos años, incluyendo la pandemia de COVID-19, la disminución de los precios de los hidrocarburos, y la agitación política que llevó al exilio de Evo Morales en 2019. A pesar de estos desafíos, Luis Arce asumió la presidencia en noviembre de 2020 con la promesa de estabilizar la economía y mejorar las condiciones de vida de los bolivianos. Sin embargo, la reciente crisis de combustibles y las críticas de Morales han generado dudas sobre la capacidad del gobierno de Arce para cumplir con estas promesas.
En respuesta a las acusaciones de Morales, el gobierno de Arce ha defendido su gestión económica y ha negado que exista una crisis en el suministro de combustibles. El Ministro de Hidrocarburos, Juan Carlos Montenegro, ha declarado que “no hay desabastecimiento” y que el país cuenta con suficiente diésel para satisfacer la demanda. No obstante, las imágenes de largas filas de vehículos en las estaciones de servicio y las protestas de los transportistas contradicen estas afirmaciones.
La disputa entre Morales y Arce es un reflejo de la polarización política en Bolivia, que ha persistido desde la renuncia de Morales en 2019 y su posterior regreso al país en 2020. La relación entre el expresidente y su sucesor ha pasado de ser una alianza política sólida a una confrontación pública sobre cuestiones económicas y de liderazgo. El llamado de Morales a una cumbre nacional para abordar la situación económica plantea la posibilidad de un diálogo político para encontrar soluciones a los problemas actuales.
En conclusión, la disputa entre Luis Arce y Evo Morales sobre la situación económica de Bolivia ha generado un debate político y económico en el país. Las críticas de Morales a la gestión de Arce y la propuesta de una cumbre nacional para abordar los desafíos económicos reflejan la compleja situación política en Bolivia. La economía del país se enfrenta a múltiples desafíos, incluyendo la escasez de diésel oil y el déficit comercial, que requieren atención y soluciones a largo plazo. La forma en que el gobierno de Arce maneje esta situación y su relación con Morales serán elementos cruciales en el futuro económico de Bolivia.