Es imposible reprimir una cierta melancolía para quienes llevamos toda la vida leyendo las novelas y los ensayos de Mario Vargas Llosa, porque el inmenso escritor de Arequipa, tras más de sesenta años de trayectoria (los cuentos de Los jefes son de 1959), anuncia, camino de sus 88 años, que con “Le dedico mi silencio” y un venidero ensayo sobre Jean-Paul Sartre se jubila.
Para su retiro de la novela, género en el que ha dado un número anonadante de obras maestras (desde La ciudad y los perros y La casa verde a Conversación en La Catedral, La guerra del fin del mundo o La fiesta del Chivo), ha elegido un camino de retorno, una vuelta a su Perú entrañado y afligido por las grietas y diferencias sociales, y una estratagema frecuente en su obra: la de insertar en la ficción el proceso de escritura de un libro, en este caso un ensayo sobre la música criolla (valses, huainos, marineras…) como mágica panacea nacional para la desunión y la desigualdad del país.
A sus 87 años, el Premio Nobel de Literatura publica la que en teoría sería su última novela, “Le dedico mi silencio” (Alfaguara), en la que la utopía vuelve a ocupar el centro del material reflexivo, en este caso no tanto de carácter político o ideológico, sino de índole cultural, tomando como elemento fundamental la música criolla de su país de origen, Perú.
“Le dedico mi silencio”: Un Homenaje a la Música Criolla
En su despedida de la novela, Mario Vargas Llosa ha optado por una obra que rinde homenaje a un componente esencial de la identidad peruana: la música criolla. “Le dedico mi silencio” es una exploración profunda de la música popular peruana, que incluye valses, huainos, marineras, y otros géneros que han desempeñado un papel fundamental en la vida y la cultura del país.
La novela se sumerge en la riqueza de las mitologías sentimentales que rodean a la música criolla y la forma en que esta se ha convertido en un bálsamo para las divisiones y desigualdades sociales en Perú. Vargas Llosa, con su maestría literaria, teje una narrativa que celebra no solo los sonidos de la música criolla, sino también su poder unificador en un país diverso y multicultural.
El Retiro de un Gigante de la Literatura
Mario Vargas Llosa es uno de los nombres más influyentes en la literatura contemporánea, y su obra ha dejado una huella imborrable en la narrativa en español. A lo largo de su carrera, ha creado una impresionante colección de novelas, ensayos y relatos que han conquistado a lectores de todo el mundo. Desde su debut en 1959 con “Los jefes,” Vargas Llosa ha sido un maestro en explorar temas que van desde la política y la sociedad hasta la psicología humana.
Con “Le dedico mi silencio,” el autor peruano se despide de la ficción, un género en el que ha demostrado ser un virtuoso. Su legado literario incluye obras que son auténticas joyas de la literatura, como “La ciudad y los perros,” “La casa verde,” “Conversación en La Catedral,” “La guerra del fin del mundo” y “La fiesta del Chivo.” Estas novelas han dejado una marca imborrable en la literatura contemporánea y continúan siendo leídas y estudiadas en todo el mundo.
La Música Criolla como Motor Narrativo
En “Le dedico mi silencio,” la música criolla no solo sirve como un telón de fondo, sino que se convierte en un elemento central de la trama. Vargas Llosa utiliza la música para explorar la complejidad de la identidad peruana y cómo esta se refleja en las vidas de los personajes de la novela. A medida que los personajes se sumergen en los ritmos y letras de la música criolla, el lector es testigo de una celebración de la diversidad cultural del Perú y, al mismo tiempo, de su capacidad para unir a las personas a través de las emociones compartidas.
La novela también aborda la importancia de la música como un agente de cambio social. Vargas Llosa sugiere que la música criolla puede ser una “panacea nacional” que contribuye a la superación de las divisiones y desigualdades que enfrenta el país. Esta visión optimista y esperanzadora de la música como un medio para la cohesión social agrega una capa adicional de profundidad a la obra.
Un Homenaje a la Identidad Nacional
“Le dedico mi silencio” es un homenaje conmovedor a la identidad peruana. A medida que los personajes exploran la música criolla y las historias que la rodean, el lector es transportado a un mundo rico y diverso que abarca la historia y la cultura del Perú. La obra refleja la pasión de Vargas Llosa por su país de origen y su deseo de compartir su amor por la música criolla con el mundo.
Con su despedida de la novela, Mario Vargas Llosa ha dejado una obra que no solo celebra la música criolla y la identidad nacional peruana, sino que también rinde homenaje a su extraordinario talento como escritor. “Le dedico mi silencio” es un recordatorio de por qué Vargas Llosa es una de las figuras literarias más destacadas de nuestro tiempo y por qué su legado perdurará mucho más allá de su retiro de la ficción.