Lo que antes parecía ventaja, se ha reevaluado; parece que los intereses de la Federación Colombiana de Fútbol no van de la mano con los deportivos. Para las Eliminatorias al Mundial 2026, se volvió a elegir a la calurosa Barranquilla para los partidos en los que Colombia oficie como local, siempre apelando al ambiente, calor y tradición de la llamada casa de la Selección. Sin embargo, pareciera que esa decisión, anunciada por los directivos, no se ve de la misma forma entre los jugadores y la opinión pública.
La polémica no es nueva, la prensa de las regiones diferentes a Barranquilla ya ha puesto en duda la sede, también lo han hecho algunos jugadores y se ha propuesto la altura de Bogotá o una altura intermedia como la de Medellín o Cali. Pero ahora, cuando es el mismo entrenador el que habla sobre esto, empieza a verse un corto circuito.
La Selección Uruguaya jugará este jueves 12 de octubre ante Colombia en Barranquilla por la tercera fecha de las Eliminatorias y su entrenador Marcelo Bielsa hará por lo menos una variante, obligada, en relación al once titular que comenzó jugando contra Ecuador en Quito.
La elección de Barranquilla como sede para los partidos de la Selección Colombia no ha estado exenta de controversia. Aunque la ciudad costera ha sido históricamente el escenario de grandes victorias y emocionantes partidos de fútbol, la decisión de mantenerla como sede para las Eliminatorias al Mundial 2026 ha generado un intenso debate.
La tradición de Barranquilla como sede de la Selección ha sido un factor clave en la decisión de la Federación Colombiana de Fútbol. El ambiente cálido, la pasión de los aficionados y la larga historia de partidos exitosos en la ciudad han sido argumentos sólidos para mantenerla como la “casa” de la Selección. Sin embargo, no todos están de acuerdo.
Desde regiones distintas a Barranquilla, se ha cuestionado la elección de la sede. La altitud de Bogotá y otras ciudades intermedias como Medellín y Cali se han propuesto como alternativas, argumentando que podrían brindar ventajas competitivas a la Selección Colombia. Esta discusión no es nueva y ha dividido opiniones en el país.
Pero lo que ha llamado la atención recientemente es que el propio entrenador de la Selección, Marcelo Bielsa, ha comenzado a cuestionar la decisión de mantener a Barranquilla como sede. Este giro en la posición de Bielsa ha añadido un nuevo nivel de controversia a la discusión. Su preocupación se centra en las condiciones climáticas y el desgaste físico que puede experimentar el equipo en la calurosa Barranquilla.
La polémica se ha intensificado en vísperas del enfrentamiento entre la Selección Colombia y Uruguay en Barranquilla. Marcelo Bielsa, consciente de los desafíos que plantea el clima de la ciudad, ha tomado la decisión de realizar al menos una variante en el once titular del equipo. Esta decisión, en parte, es una respuesta a la fatiga que algunos jugadores han experimentado en partidos anteriores en condiciones de calor extremo.
La opinión pública se encuentra dividida entre aquellos que apoyan la tradición y la pasión de Barranquilla como sede y quienes creen que es momento de considerar alternativas que puedan favorecer el rendimiento deportivo del equipo. La discusión ha llegado a tal punto que se ha convertido en un tema recurrente en los medios de comunicación deportivos y en conversaciones entre los fanáticos.
La controversia en torno a la sede de los partidos de la Selección Colombia en las Eliminatorias al Mundial 2026 refleja la complejidad de tomar decisiones en el mundo del deporte. La tradición y el ambiente pueden ser poderosos motivadores, pero el rendimiento del equipo es igualmente importante. La elección de Barranquilla como sede seguirá siendo un tema candente en el fútbol colombiano, y solo el tiempo dirá si es la decisión correcta o si se considerarán alternativas en el futuro.